Ford Focus EcoBoost Hybrid
Tenemos ante nosotros un coche compacto de 1.420 kg que responde con tremenda vivacidad al acelerador cuando se lo pedimos, a pesar de que su motor de 114 kW (155 CV) visto desde arriba ocupa el mismo espacio que una caja de zapatos. La cuadratura de este círculo es eléctrica, y se materializa en un coche de gasolina con muy buen empuje, pese a buscar consumos contenidos.
Según datos de Ford, el Focus EcoBoost MHEV, con este motor 1.0 de 155 CV, «ofrece más del doble de la densidad de potencia» que la que daba hace sólo 10 años el Focus con motor gasolina 2.0 y 145 CV. Y esto, «con una mejora del 45 % en la eficiencia del combustible», siempre según el fabricante.
Ford Focus: manteniendo las formas desde 2018
A falta de un lavado de cara que no termina de llegar, el Ford Focus EcoBoost Hybrid hereda el aspecto de la cuarta generación del Focus, que lleva entre nosotros desde 2018. Rodando por la calle sigue siendo llamativo, sobre todo en el sobrio pero elegante color azul pantera que muestra la unidad probada.
Y es que el actual Focus es uno de esos coches compactos que, aunque se parezcan cada vez más a sus competidores, mantiene un punto de singularidad que, ojo, lo hace mucho más atractivo al natural que en fotos.
Nueva instrumentación digital, con luces y sombras
En el interior, el Focus EcoBoost MHEV incorpora una nueva instrumentación digital, con una pantalla 12,3 pulgadas que centraliza la información del vehículo. En lo positivo, da un paso adelante en visibilidad. En lo negativo, resulta algo escasa en cuanto al nivel de información, con datos insuficientes en algunos casos e inexistentes en otros, a no ser que desviemos la mirada hacia la pantalla del sistema de infoentretenimiento SYNC3, de 8 pulgadas; un sistema que, por otra parte, va mejorando a cada generación.
Vale la pena destacar que este sistema está disponible de serie en el Focus ya desde el equipamiento Trend+, igual que el cargador inalámbrico para el móvil, el control de crucero adaptativo, los sensores de aparcamiento delanteros y traseros y una cámara de visión trasera que goza de una excelente visibilidad.
Además, usando el módem FordPass, que también viene de serie, y una app específica se puede localizar el vehículo, abrirlo de forma remota, conocer el estado del vehículo e incluso limitarlo en funciones si lo prestamos a alguien.
Pero esta unidad no la vamos a prestar, que ya nos estamos ajustando los asientos (muy cómodos, por cierto). Presionamos el botón de arranque sin que el coche haga ruido, ponemos primera para que despierte… ¡y nos vamos!
Al volante del Ford Focus MHEV
El Ford Focus EcoBoost MHEV se muestra extraordinariamente brioso ya desde bajas vueltas, y es elástico hasta la zona alta del tacómetro. Además, el sonido que emite al acelerar de forma vehemente tiene un marcado fondo ronco que te hace olvidar que llevas un motorcillo de sólo 999 cc bajo el capó.
Es incontestable la ventaja que le da el sistema mild hybrid a la hora de acelerar. Le aporta 20 Nm y 50 Nm si utilizamos el modo Sport. Lo que no está tan claro es que, a la práctica, el sistema ayude a la contención de consumos. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos, que ahora estamos hablando de cómo se comporta el vehículo.
Y se comporta de forma notable. De entrada el conjunto chasis – suspensión ofrecen un desarrollo de marcha algo duro. La unidad de prueba monta unas ruedas de dimensiones 215/50 R 18, de manera que en última instancia se suavizan algunas de las reacciones del vehículo.
Como resultado, tenemos un compacto de tacto duro que resulta fiel a la trazada, con una dinámica tremendamente ágil en curvas. Sin ser una versión deportiva, ni pretenderlo siquiera, el Focus MHEV sorprende por su nervio, comparable quizá a los mejores momentos de los coches de gasolina, aquellos que florecieron en los tiempos de la súper con plomo.